ARTESANIAS DE SINCELEJO

El departamento de Sucre, al igual que los departamentos de Nariño, Córdoba y Boyacá, cuenta con un potencial artesanal muy considerable, que de acuerdo al último Censo Económico Nacional del Sector Artesanal se calcula en 5.919 artesanos. El oficio artesanal no sólo es una labor que se desarrolla paralelamente a otras actividades de su cotidianidad, sino que es el soporte económico de muchos hogares, principalmente de aquellos donde la cabeza de familia son mujeres.

Antecedentes históricos de identidad y tradición
La mayor concentración de actividad artesanal se da en el municipio de Sampués. Según el último censo municipal se registran en el municipio más de 225 microempresas familiares, de las cuales 82 son talleres de carpintería, 42 de talabartería, 26 curtiembres y más de 100 tejedores de trenza en caña flecha. Por lo que es sin duda el municipio de mayor oferta artesanal y capacidad de producción del departamento.

El oficio artesanal de mayor tradición es la tejeduría en algodón, de origen precolombino y concentrada en el municipio de Morroa, en la zona rural de Corozal (Don Alonso y las Llanadas), en el nuevo municipio del Roble y en Sincelejo en el Corregimiento de Chochó.

La cestería más característica es la de iraca y cepa de plátano del municipio de Colosó. De buena calidad técnica y diseño. Otros oficios tradicionales artesanales del departamento son: en Sampués, la tejeduría en caña flecha, de origen indígena, la tejeduría en palma de vino y corozo.

El Sombrero Vueltiao
Hace parte de las manualidades de estas regiones e identifica plenamente al cordobés y al sucreño.
Es una necesidad y una ornamentación para el hombre trabajador de esta tierras. Nació de la necesidad de protegerse de los ardientes rayos del sol en las labores del campo.
Inicialmente el sombrero vueltiao era de un solo color, blanco crema; le decían “Sombrero de vueltas”, o “sombrero indiano”. El sol y la lluvia lo familiarizaron con el campo, especialmente en la “vaquería”. Luego evoluciona y aparece el color negro, perfeccionando su trenzado.

Los términos “De vueltas”, “Vueltiao”, vienen del recorrido en espiral que hace la trenza en su constitución. Lo de “indiano” por ser de origen indio, la costumbre de llamarle “Indio” al nativo se refleja en su trabajo. “Sombrero Indiano”.

Clase de artesanía

El Sombrero Vueltiao es parte fundamental de la indumentaria masculina. Algunos lo utilizan como prenda de vestir, otros para las labores del campo como protección de los rayos del sol, la humedad, entre otros.

Técnicas empleadas

El Sombrero Vueltiao se fabrica de la hoja de la cañaflecha, mediante el “trenzado” de su fibra; se toma la hoja de cañaflecha criolla, se le saca la nervadura, se raspa con un cuchillo hasta obtener una fibra limpia; se pone a secar al sol, luego se cocina para darle consistencia y elasticidad. En el cocimiento se utiliza la caña agria, naranja agria y limón. Logrando ese tratamiento se clasifican las fibras blancas y las oscuras. Las manchadas se alcalinizan en el barro para darle la base, y finalmente se tiñen con barro negro, jagua, hoyeto, bija, y hoy día se está aplicando divi divi.

Este proceso puede durar tres días incluyendo el secado natural.

Viene después el trabajo para obtener la fibra; de la “nepa” ordinaria salen las fibras para el sombrero de menor calidad, y de la fina, consistentes en flexibles salen las del sombrero fino. Con las fibras ordinarias que no resisten mayor división, se confecciona la trenza de quince pares correspondiente a treinta fibras; es el sombrero “quinceano”. Si a la encopadura se le logra incluir un trenzado mejorado saldrá el sombrero “quinceano cotejao”, o “machi-hembriao”.
Con la nepa más fina se logran fibras más finas, colocando 19 fibras encima y 19 debajo para un total de treinta y ocho fibras; a ese sombrero se le llama “diez y nueve”; colocando el trenzado las cuarenta y dos fibras, veintiuna arriba y veintiuna abajo, sale el sombrero “veintiuno”, el más fino y el más costoso.

Partes de un sombrero vueltiao

La plantilla: empieza en lo alto del sombrero con un botón tejido en diferentes figuras concéntricas; es el centro superior, el “cogollito” del sombrero, la horma o molde.

La copa o encopadura: tiene la forma de la cabeza; baja hasta el ala. Cuatro vueltas con pintas geométricas hasta la quinta final que debe ser blanca. Es la encargada de proteger la cabeza del humano.

El ala: abre la configuración del sombrero a partir de la encopadura; tiene un promedio de doce vueltas. Hay sombreros más alones que otros. Los sabaneros, especialmente los montadores de caballo, gozan con el sombrero alón y le colocan un cordón negro que lo sostiene de la barba, llamado “barbuquejo o barboquejo”.

El ala arranca con una vuelta negra, alternando los dos colores hasta llegar al ribete.

El ribete: es la parte final del sombrero vueltiao. Contra él se estrella todo el trabajo por lo que se utiliza una trenza reforzada color negro. Con el ribete se modela el sombrero. Para unir las trenzas entre sí, el artesano utiliza una maquina de coser de pedal. El trabajo de coser el sombrero o unir el trenzado es lento y cuidadoso.

La correa del Sombrero Vueltiao: es un adorno picaresco que se constituye en el acabado del sombrero. Es una correita corta del ancho de la trenza, hecha de charón el fondo negro, con vivos blancos entrelazados, terminando con una hebilla para cinchar o aflojar la encopadura.

Con esa correa se adapta la copa del sombrero al tamaño de la cabeza del usuario.

El barbuquejo o barboquejo: es un cordón de zapato largo, anudado a ambos extremos de la encopadura, pasando por la barba para sostener el sombrero. Es de gran utilidad entre los vaqueros y los montadores de caballo fino; asegura el sombrero en las velocidades. Por lo general cuando el caballo adquiere velocidad, el sombrero se le va a la espalda del montador, sosteniéndose del babuquejo que también se le baja a la garganta.

Los dibujos del trenzado: son figuras geométricas en rombos, triángulos, rectángulos, pirámides y cilindros. El confeccionador del sombrero nunca ha pensado en geometría para adornar su trabajo. Él habla de pintas y las bautiza de acuerdo con el entorno: la flor de azahares, la flor del limón, ojos de Santa Lucía, Cruz Grande, Cruz Chiquita, pecho de tigrillo, la mano del gato, la espina del pescado, la trompa de la babilla, dientes de ñeque, la araña, el ojo de la sardina, pata de rana, huella de perro, huella de tigre, ojo de buey, la pluma de la coca, y otros.

Colocación del sombrero

Expresa la costumbre, la idiosincrasia, el origen, el trabajo y la región donde se levantó quien se lo coloca. Lo horma o coteja antes de ponérselo, haciendo un quiebre en la parte delantera y uno en la parte posterior.

También puede expresar el sombrero vueltiao el poder económico de quien lo lleva. Un sombrero quinceano identifica al pobre; ya un diez y nueve habla de ricos o de gente de gusto.

El hombre sinuano usa el sombrero jalao’ en la parte trasera, con quiebre en la unión. En la parte delantera, quiebre abajo y alas hacia arriba.
El sabanero lo usa jalao’ en la parte trasera pero sin quiebre; le busca la forma de un tubo.
La trenza del sombrero vueltiao se está empleando últimamente en la confección de petaquillas, cinturones de mujer, fajas, canastos, brazaletes, pecheras, gorras, alfombras, pulseras, aretes, carteras, bolsos.

Economía artesanal

El Sombrero Vueltiao y toda la variedad de productos que se fabrican con su trenza, tienen como destino eventos feriales que se realizan en Sincelejo, Bogotá, Barranquilla, Montería, Caucásica, Valledupar y durante las fiestas en corralejas que se realizan en la región.

Población artesanal
En el municipio de Sampués–Sucre, la tejeduría de cañaflecha, de origen indígena, está asociada en varios grupos: “Artesanías el Sombrero”, “Resguardo Zenú de Calle Larga” y “Artesanías Zenú”.

Organizaciones del sector artesanal
Los artesanos del departamento de Sucre se encuentran inscritos a la Asociación de Artesanos de Sucre, a la Cámara de Comercio de Sincelejo, al Fondo Mixto de Cultura de Sucre, a la Gobernación de Sucre y las alcaldías municipales; estos entes apoyan el trabajo artesanal de manera económica y a través de Artesanías de Colombia, por medio de capacitación en diseño.

La Hamaca
Características principales de la artesanía
La tejeduría en telar vertical en hilo 100% de algodón, hace parte de las manualidades de estas regiones e identifica plenamente los departamentos de Bolívar y Sucre.

En el departamento de Sucre se da esta modalidad artesanal en la subregión de los Montes de María, específicamente en el municipio de Morroa, y un bajo porcentaje en la subregión de Sabanas, en los municipios de Corozal (corregimiento de Don Alonso) y Sincelejo (corregimiento de Chochó).


El municipio de Morroa es una localidad pequeña, con un clima de sabana tropical, que se encuentra ubicado en la zona centro del departamento a escasos 10 minutos de la ciudad de Sincelejo, al norte de la Troncal de Occidente. Su actividad económica principalmente se sostiene de la labor agrícola y la actividad industrial se reduce a pequeñas fabricas procesadoras de yuca.

Desde el punto de vista artesanal es una comunidad que ha contado con la transmisión oral a través del tiempo del oficio de la tejeduría en telar vertical, elaborando hamacas, las cuales se distinguen por su colorido distribuido en franjas de alto contraste.

La sabana del centro del interior del departamento de Sucre, cuenta con una amplia capacidad artesanal en el oficio de tejeduría, potencial que es prácticamente desconocido dentro de la comunidad artesanal del país, siendo un oficio que se ha trasmitido de generación en generación desde las épocas en las cuales la labor se practicaba para elaborar los objetos necesarios para la vida diaria, en una sociedad de autoconsumo. Sin embargo la identidad artesanal de esta zona es prácticamente desconocida.

Clase de artesanía

La hamaca es parte fundamental del hogar de esta zona, utilizada para el descanso y en parte decorativa.

Técnicas empleadas

La hamaca se fabrica de hilo 100% de algodón, en telar vertical. Es el oficio en el que, mediante el manejo de hilos flexibles de diferentes calibres, a través del encruzamiento ordenado, sencillo o combinado, con trama y urdimbre, se obtienen piezas de diferentes clases, según los materiales de los hilos.

Las herramientas de los talleres artesanales en telar vertical no son instrumentos sofisticados, y a pesar de que deben tener características muy específicas no son de complejidad técnica. Las herramientas son:

Telar
El que se utiliza en este oficio es el denominado telar alto liso, el cual consta de dos largueros a los que se le amarran dos travesaños, de acuerdo a las medidas de la tela que se va a realizar. El ancho es generalmente fijo, pues es determinado con los parales que éstos son enclavados en el piso; a ellos se les amarran los travesaños a una distancia dada, de acuerdo al largo del tejido.

Macana

Es una paleta lisa de madera con todos sus extremos aguzados. Mide de 3 a 5 cm de ancho aproximadamente y el largo puede variar entre 50 cm o 1 m de acuerdo a la comodidad de la artesana. La macana es utilizada para acercar la última pasada de trama al tejido.

Lanzadera

Para empezar a tejer se encañuela o enrollan los hilos de la tejedura en un palito que sirve como lanzadera, el cual pasará de lado a lado de la trama.

Listones

Son palos de madera lisa, dura y resistente, los cuales se utilizan en diferentes funciones. Uno como cabeza para sostener la urdimbre, otro como traba para hacer el cruce que da el orden de los hilos, y uno o dos más para templar la urdimbre y se colocan en la parte de atrás del tejido.

Devanador o devanadera
Es una estructura rústica de madera que consiste en un soporte vertical, el cual sirve de apoyo a una estructura circular que gira y en la cual se coloca la madeja para permitir que el hilo se desenrolle sin enredarse.

Proceso de Producción

El proceso productivo en tejeduría en telar se divide en:

Tintura y/o preparación, devanado, armado, tejeduría, acabados.

Tintura o preparación

El proceso de tintura y el proceso de preparación son procedimientos diferentes y se realizan de acuerdo a los requerimientos del producto o a las condiciones de la materia prima. El algodón con que se trabaja lo adquieren en madejas ya tinturado y en diferentes colores. Pero para el proceso de tejeduría se deben someter a un proceso de preparación denominado encolado.

El encolado lo realizan a las madejas de algodón con una solución de almidón y agua, con el fin de brindarle al hilo mayor resistencia y para evitar que forme nudillos o motas y facilitar el siguiente paso, pues si el hilo no es encolado o tendido, durante el proceso de tejeduría se van a presentar inconvenientes como la rotura de los hilos de urdimbre, ya sea por la tensión a la que está sometida o porque se van desgastando por los nudillos o las motas que también causan enredos entre hilos, lo que dificultará la apertura de la traba.

Devanado

Una vez se han encolado y secado las madejas de hilo se procede a devanarlas manualmente, procedimiento al que las artesanas denominan embolar, con el fin de colocar el hilo en bolas que permitan un armado o urdido rápido, pues las madejas no son de fácil manipulación.

Urdido o armado

Una vez el telar está adecuado a las medidas de la tela que se desea realizar, se procede a armar; el sistema de armado que realizan es el denominado corredizo, en el que se necesitan dos palos completamente lisos, en donde uno tiene como función sostener la urdimbre, por lo que debe ser muy resistente pues es sometida a tensión; y el otro proporciona el cruce o la traba. Finalizado el urdido se procede a elaborar el peine, que es hecho con un hilo el cual separa los hilos del armado para que pase la lanzadera o el palito de la tejeduría y así se inicia el proceso de tejeduría.

tejeduría
Una vez finalizado el armado se tiempla la urdimbre introduciendo uno o dos listones de lado a lado en la parte trasera del tejido. De acuerdo al producto que se está elaborando se deja una parte sin tejer y se hace la cadeneta, la que dará el límite inicial y final de la tela y que no permitirá que ésta se desbarate una vez se saque del telar. Una vez hecha la cadeneta se inicia propiamente el proceso de tejido.

Acabados
Finalizado el tejido, y si el producto lo requiere, se desmonta la tela y se hace el acabado. Si los productos son individuales para mesa, éstos se cortan teniendo en cuenta exactamente sus medidas, dejándoles el fleco en los extremos.

En el caso de los manteles y/o las telas de sofá se les elabora un detalle en nudos o en trenzas o en ikitos con los hilos que se han dejado sin tejer en los extremos superior e inferior de la tela. En estos hay que tener en cuenta que deben ser cuidadosamente realizados, las trenzas deben ser bien tejidas y templadas, los ikos deben ser bien retorcidos pues en caso de que estén mal hechos se desbarataran con la manipulación de la tela. Los espacios y cantidad de hilos con que se elaboran los nudos deben ser iguales, de tal manera que visualmente se vea uniforme.

Economía artesanal

Las artesanías que se realizan en tejeduría con telar tienen como destino eventos feriales que se realizan en Sincelejo, Bogotá, Barranquilla, Montería, Caucásia, Valledupar y de exportación directa para Suiza.

Población artesanal

La labor textil es fundamentalmente femenina, son pocos los hombres que lo practican o que ayudan en algunos de los procesos. En los municipios de Morroa, Corozal y Sincelejo–Sucre, la tejeduría en telar vertical, de origen precolombino, está asociada en varios grupos.